Desde hace ya un tiempo estamos, y quizás por uno más largo aún estaremos, viviendo las restricciones impuestas por la actual pandemia. Ello nos lleva a reflexionar sobre los cambios que este hecho produce y va a seguir produciendo en nuestras organizaciones y cómo debemos modificar y/o ajustar nuestras herramientas de gestión de las personas.
Porque los cambios que llegaron con esta emergencia van a continuar mucho más allá de lo que ésta dure. Son cambios que llegaron para quedarse.
Estimamos que el coaching es una herramienta particularmente útil en las actuales circunstancias. Al ritmo acelerado de cambio en el cual ya estábamos insertas las personas y organizaciones, se suman las demandas sociales emergentes a contar del 18 de octubre y últimamente la crisis sanitaria del covid-19. Ello exige que todos nos abramos rápidamente a nuevos aprendizajes, reinvenciones y cambios de miradas, donde los procesos de acompañamiento y aprendizaje como el coaching han demostrado ser particularmente efectivos.
¿En qué aspectos concretos se muestra esa efectividad?
Los cambios en curso avecinan un estado de situación muy “líquido” pleno de incertezas y en ese contexto el coaching, que es una herramienta que apunta a un crecimiento integral de la persona que incluye revisar sus emociones, creencias y juicios, y pone el foco en su potenciamiento y seguridad, es fundamental. A mayor incertidumbre en el escenario, más fortaleza y claridad personal para enfrentarlo.
En términos organizacionales, su principal aporte se aprecia en que facilita a sus protagonistas a disponerse desde la flexibilidad, la adaptación, la tolerancia, la aceptación, la humildad, la escucha, la asertividad y la empatía – dimensiones todas posibles de trabajar en un coaching – y migrar a un protagonismo y liderazgo apropiado a los nuevos tiempos. Y si tenemos ejecutivos y profesionales, imbuidos de un nuevo espíritu y con más herramientas relacionales, tendremos organizaciones más efectivas para reconstruir el mundo que se viene.
Los roles dentro de la organización que se verán más desafiados para desarrollar habilidades personales e interpersonales, son aquellos que estén llamados a liderar a distancia, supervisando el trabajo de otros, guiando y dando feedback a través de mecanismos no tradicionales, resguardando las capacidades productivas de las personas y equipos, así como su identificación con la empresa y sus objetivos estratégicos.
¿Cómo apreciar en el coaching el uso de herramientas tecnológicas que facilitan la comunicación a distancia? ¿No desvirtúa la esencia de un proceso de coaching?
No, para nada. El uso de nuevas herramientas como puede ser el tele-coaching, sólo viene a informar de un estado de cosas, donde como decíamos antes, todos deberemos aprender a soltar creencias fuertemente arraigadas y disponernos a utilizar nuevas herramientas.
Pensamos que el uso de estos medios colabora a una mayor comprensión y posicionamiento de los coacheés en el nuevo escenario, además de viabilizar y favorecer en términos generales su aplicación. Las organizaciones y personas demandantes de este servicio debieran ser las más entusiastas en usarlas.